Hay diferencia entre la marihuana y el tabaco a la hora de la irritación que ambas provocan, pero aún así fumar suficiente hierba nos puede afectar a los pulmones y provocarnos tos. En esta entrada veremos distintas formas de aliviar esos ataques incontrolables.

Nuestro organismo está preparado para respirar humo en bajas concentraciones y ocasionalmente pero cuando inhalamos directamente ese humo y encima con regularidad podemos encontrarnos en una situación en la que no paramos de toser y resulta difícil tomar aire.

La tos es provocada como una necesidad para expulsar partículas ajenas al organismo que obstruyan o irriten los tejidos pulmonares. Al fumar, dañamos pequeños cilios (pelos) que ayudan en el transporte de mucosa. Como este movimiento se ve reducido aparece la tos para ayudar a esa expulsión.

Mientras continuemos fumando se provocarán estos daños, mientras que si lo dejamos poco a poco el cuerpo comenzará a regenerarse de nuevo. La cuestión es si podemos reducir esa molesta tos sin dejar de fumar, o al menos sin dejar de consumir marihuana. Un ejemplo sería el consumo sin combustión, que es la que provoca en definitiva estos efectos.

Por ejemplo los vaporizadores evitan la combustión y con ella estos daños estructurales del organismo, además de permitir saborear mejor los terpenos. Es la opción ideal para continuar fumando, aunque obviamente existe también la vía oral.

Si no queremos cambiar nuestra forma de fumar, podemos al menos reducir los daños causados. Por ejemplo con infusiones de té verde, miel y jengibre. Hacer gárgaras con agua y sal también es una forma menos apetecible pero también efectiva para paliar estos males.

Por otro lado, el ejercicio cardiopulmonar aumenta las capacidades de nuestro organismo para lidiar con la mucosa, así que los ejercicios respiratorios resultan muy beneficiosos. Un humidificador también reduce la irritación al mantener el aire que respiramos hidratado, lo que también se consigue momentáneamente con un baño caliente y vapor.

La última opción es darnos un respiro (nunca mejor dicho) y hacer un descanso de fumar hierba. Aunque este método es probablemente el primero que buscaremos evitar, al privarnos de nuestra preciada planta.