La marihuana, también conocida como cannabis, es una sustancia polémica que ha sido objeto de debate durante muchos años. En los últimos años, en Estados Unidos se ha producido un movimiento cada vez mayor para legalizar la marihuana con fines tanto medicinales como recreativos. A partir de 2021, la marihuana es legal para uso médico en 36 estados y el Distrito de Columbia, y para uso recreativo en 15 estados y el Distrito de Columbia.

La legalización de la marihuana a nivel estatal ha supuesto un gran cambio para muchos estadounidenses, pero también ha creado un mosaico de leyes que puede resultar confuso para las personas que quieren saber si es legal en su estado. El gobierno federal sigue clasificando la marihuana como una droga de la Lista I, lo que significa que tiene un elevado potencial de abuso y ningún uso médico aceptado, lo que la sitúa en la misma categoría que drogas como la heroína y el LSD.

Sin embargo, en 2013, el gobierno de Obama emitió un memorándum conocido como el Memorándum Cole que instruía a los fiscales federales a despriorizar la aplicación de las leyes de marihuana en los estados que la habían legalizado, siempre y cuando esos estados tuvieran sistemas regulatorios sólidos en su lugar. Esto fue visto como una señal a los estados de que el gobierno federal no interferiría con sus experimentos de legalización de la marihuana.

En 2018, la administración Trump rescindió el Memorándum Cole, pero no lanzó una ofensiva contra los negocios de marihuana legales en los estados. En cambio, permitió a los fiscales federales usar su discreción para decidir si aplicar las leyes federales sobre la marihuana en sus distritos. Desde entonces, el gobierno de Biden no ha tomado ninguna medida importante en materia de política sobre la marihuana, aunque ha expresado su apoyo a la despenalización de la marihuana a nivel federal.

La situación legal de la marihuana en Estados Unidos sigue siendo inestable y es probable que se produzcan más cambios en los próximos años. Muchos defensores de la legalización total a nivel federal argumentan que crearía puestos de trabajo y generaría ingresos fiscales, al tiempo que reduciría los daños de la prohibición de la marihuana. Sin embargo, quienes se oponen a la legalización sostienen que aumentaría las tasas de adicción y consumo de drogas y podría tener efectos negativos sobre la salud y la seguridad públicas.

En conclusión, la legalidad de la marihuana en Estados Unidos es una cuestión compleja que sigue evolucionando. Aunque la sustancia es legal para uso médico y/o recreativo en muchos estados, sigue estando clasificada como droga de la Lista I a nivel federal. Dado que la opinión pública sobre la marihuana sigue cambiando a favor de la legalización, es probable que veamos nuevos cambios en un futuro próximo.